Hace 15 años, la vida de una niña nacida en Corea del Sur cambió por completo cuando fue adoptada por la reconocida actriz de Hollywood, Katherine Heigl.

Esta es la historia de Naleigh, quien pasó de vivir en un orfanato a crecer en una lujosa mansión en Utah. Pero, ¿qué ha sido de ella desde entonces y cómo luce en la actualidad?

Naleigh nació en 2009 en Seúl, Corea del Sur. Su madre biológica la dejó en el hospital al día siguiente de su nacimiento y, tras un mes de búsqueda sin resultados, la bebé fue trasladada al orfanato Namsan Wang.

Durante sus primeros meses de vida, enfrentó dificultades, incluyendo una cirugía a corazón abierto debido a un problema congénito.

Su destino dio un giro inesperado cuando Katherine Heigl y su esposo, el músico Josh Kelley, la conocieron.

Heigl, quien tenía 31 años en ese momento y una carrera en la cima del éxito, siempre había soñado con adoptar de Corea, ya que su propia hermana también fue adoptada de ese país. Tras conocer a Naleigh, la pareja decidió darle un hogar y llevó a la niña a Estados Unidos.

La transición no fue fácil. Al principio, Naleigh no respondía al afecto de su madre adoptiva, lo que hizo que Heigl se sintiera insegura en su papel de madre. La situación se complicaba aún más debido a los compromisos laborales de la actriz, que la mantenían alejada de casa.

Sin embargo, todo cambió en 2012, cuando Naleigh corrió hacia ella y la abrazó en el set de un programa de televisión. Fue un momento de conexión profunda que marcó el inicio de una relación más cercana entre madre e hija.

Con el tiempo, la familia creció. En 2012, la pareja adoptó a otra niña, Adelaide, de Luisiana, y en 2017 Heigl dio a luz a su hijo biológico, Joshua. Para criar a sus hijos en un ambiente más tranquilo, la familia se mudó a un rancho en Utah, lejos del bullicio de Hollywood.

Hoy en día, Naleigh tiene 15 años y vive en una majestuosa casa de cuatro millones de dólares con una vista impresionante a las montañas.

A pesar del lujo que la rodea, Heigl ha procurado darle una vida normal, limitando su exposición en redes sociales. La joven ha visitado Corea del Sur en varias ocasiones junto a su madre, quien ha buscado acercarla a sus raíces culturales.

La historia de Naleigh demuestra que el amor y la dedicación pueden transformar vidas. La maternidad no se define solo por la biología, sino por el amor incondicional y el compromiso de criar y apoyar a un hijo. ¿Tú qué opinas sobre esta historia? ¡Cuéntanos en los comentarios!