Durante una reciente entrevista, Osmel Sousa recordó cómo fue su primera impresión de Ana Patricia Gámez en las audiciones de Nuestra Belleza Latina.

Con su característico tono franco, el llamado “Zar de la Belleza” confesó que, al verla por primera vez.

Le pareció “medio tonta”, no como un insulto, sino como una forma de expresar que la joven todavía no tenía la seguridad ni la presencia que exigía el concurso.

Sousa explicó que en aquel momento Ana Patricia carecía de experiencia frente a las cámaras y necesitaba orientación para destacar en el exigente mundo del entretenimiento.

El experto en reinas de belleza relató que, pese a esa impresión inicial, notó en ella algo especial: una belleza natural y un carisma que podían convertirse en su mayor fortaleza.

Por eso, decidió invertir tiempo en “pulirla”, enseñándole cómo moverse, hablar y proyectar confianza.

Según Sousa, ese proceso fue fundamental para transformar a la concursante tímida y poco experimentada en una figura con elegancia, firmeza y autenticidad, capaz de conquistar tanto al jurado como al público.

Con el paso del tiempo, los consejos de Osmel dieron resultados.

Ana Patricia fue evolucionando dentro del certamen hasta convertirse en una de las favoritas de los televidentes, lo que la llevó a ganar Nuestra Belleza Latina 2010.

Sousa aseguró que su triunfo fue fruto de disciplina y esfuerzo, y que su cambio fue una muestra clara de que el talento se puede desarrollar con la guía correcta.

Para él, ese tipo de transformación es lo que más satisfacción le da como preparador.