Saúl “Canelo” Álvarez ya no es solo un nombre sinónimo de grandeza en el boxeo; en 2025, es también un símbolo global de éxito, lujo y ambición.

Desde sus humildes comienzos en México hasta convertirse en uno de los atletas mejor pagados del mundo, Canelo ha construido no solo una carrera extraordinaria sobre el cuadrilátero, sino también un imperio personal basado en inteligencia financiera, pasión y estilo de vida refinado.

Su fortuna, estimada en más de 275 millones de dólares, proviene tanto de sus millonarias peleas como de sus exitosas inversiones. El punto de inflexión fue su combate contra Floyd Mayweather Jr. en 2013, donde a pesar de perder, ganó cerca de 12 millones de dólares, abriendo la puerta a una serie de contratos multimillonarios. Combates posteriores contra Golovkin, Caleb Plant y John Ryder consolidaron su lugar entre los más ricos, llegando a ganar hasta 50 millones por pelea.

Pero Canelo no se conformó con los ingresos del boxeo. Diversificó sus fuentes de ingreso lanzando empresas como Canelo Energy, una cadena de estaciones de servicio, y Aper, una red de tiendas de conveniencia. También creó Canelo Promotions, su promotora de boxeo, y Canelo Store, su línea de ropa. Su talento para los negocios se ve en cada paso: desde aplicaciones de fitness, bebidas deportivas y acuerdos con marcas de renombre como Genesis, Tecate y Dolce & Gabbana.

Su éxito se refleja especialmente en sus propiedades. En Guadalajara, posee una mansión de más de 4,000 m² con dormitorios de lujo, sala de juegos, terraza para 200 personas y casas de huéspedes. Sin embargo, planea mudarse a un nuevo rancho inspirado en las lujosas mansiones de Bel-Air, reflejando su gusto refinado y su deseo de un hogar más cercano a su pasión más grande: los caballos.

En Rancho Pacífica, San Diego, también posee una impresionante residencia de más de 1,100 m² con seis habitaciones, sala de cine, gimnasio y spa. A pocos kilómetros de ahí, su rancho Las Reinas alberga su preciada colección de 38 caballos pura sangre, entre ellos Noby, un Shire entrenado “automáticamente”, y Espartano, un frisón negro de elegancia imponente. Para Canelo, estos caballos no son solo animales; son parte de su familia, una herencia emocional que comenzó con una yegua que recibió de niño.

Su amor por el lujo también se manifiesta en su garaje. Canelo posee algunos de los autos más codiciados del mundo: un Ferrari LaFerrari de 4 millones de dólares, un Bugatti Chiron, un Lamborghini Aventador, y el exclusivo Mercedes-Benz G63 AMG 6×6, uno de solo 200 fabricados. También tiene un Rolls-Royce Ghost y una colección impresionante de motocicletas de alta gama, como la Ducati Triplex, la Harley-Davidson CVO Road Glide y la BMW HP4 Race.

Para viajar, no escatima en comodidades. Canelo cuenta con un jet privado Embraer Legacy 500, equipado con asientos que se convierten en camas, cocina gourmet, pantallas LCD y conectividad inalámbrica. En el agua, disfruta de su yate de 60 millones de dólares, el “Canelo’s Chip”, una embarcación de 31 metros con jacuzzi, barbacoa, paddle boards y cuatro cabinas de lujo, ideal para escapadas familiares o relajación después de una pelea.

Además de su faceta deportiva y empresarial, Canelo es un ícono de la moda. Fanático de marcas como Dolce & Gabbana, posee una colección de más de 20 relojes de lujo, incluyendo piezas únicas de Richard Mille y Roger Dubuis. Su estilo audaz, como cuando entrenó con shorts adornados con diamantes Swarovski, demuestra su amor por la exclusividad y la sofisticación.

En sus momentos de descanso, Canelo ha encontrado en el golf un nuevo refugio. Lo considera un deporte que fortalece la mente y lo ha ayudado a redescubrir su amor por el boxeo. La disciplina, concentración y serenidad del golf reflejan su madurez como atleta y persona.

Así, el mundo de Canelo Álvarez en 2025 va mucho más allá del ring. Es un universo de lujo, pasión, visión y familia. Un testimonio de que, cuando el talento se une a la disciplina y la ambición, no hay límites para lo que se puede alcanzar.