Caramelo volvió a robarse todas las miradas y esta vez lo hizo desde la pasarela del New York Fashion Week. Su presencia no solo fue imponente, fue un grito de autenticidad que desafía cualquier crítica.

VER ABAJO FOTOGRAFÍAS: CARAMELO AFRO.

Con cada paso, demostró que el estilo verdadero no se mide por etiquetas, sino por actitud y seguridad. Nadie pudo opacar su brillo, porque Caramelo no compite… impone.

Acompañado de figuras como Aleska, Lupillo y Paulo, dejó claro que está a la altura de los grandes escenarios. Pero fue su esencia única la que convirtió ese momento en algo inolvidable.

Los comentarios llovieron, algunos con asombro y otros con envidia disfrazada, pero Caramelo respondió con lo que mejor sabe hacer: presencia, ironía y clase. «Sin llorar, muñequitas», lanzó con una sonrisa que lo dijo todo.

Ahora, con rumbo a París, reafirma que su camino no tiene límites. Porque cuando el estilo nace del alma, ni la moda ni el mundo pueden ignorarlo.