El ídolo de la balada romántica, Manuel Mijares, sorprende a todos al contar su verdad a los 68 años: revelaciones inéditas sobre su pasado, sus dolores y lo que nunca se atrevió a confesar sacuden al espectáculo.
El mundo de la música romántica ha quedado paralizado por una confesión inesperada. Manuel Mijares, el intérprete de inolvidables temas como El privilegio de amar y Soldado del amor, decidió hablar como nunca antes lo había hecho. A sus 68 años, el cantante finalmente contó su verdad.
Durante décadas, Mijares se mantuvo como una de las figuras más queridas y respetadas de la balada mexicana. Siempre elegante, siempre sonriente, siempre discreto. Pero detrás de esa imagen impecable existía un hombre cargado de secretos, heridas y confesiones que hoy salen a la luz.

El peso de la fama
Mijares comenzó recordando los años en que la fama se convirtió en una carga difícil de sobrellevar.
“Tenía todo: éxito, aplausos, dinero… pero no tenía paz. Muchas veces me iba del escenario a un cuarto de hotel y me encontraba completamente solo”, confesó.
Con estas palabras, derrumbó la idea de una vida perfecta, dejando ver el costo emocional que significó ser una estrella.
Amores y desamores
Uno de los momentos más esperados fue cuando habló de su vida sentimental. El cantante admitió que, aunque tuvo romances apasionados y un matrimonio muy mediático con Lucero, no siempre supo manejar el amor.
“Fallé, cometí errores. Quise tenerlo todo: la carrera y la familia. Pero la vida me demostró que no puedes estar en dos escenarios al mismo tiempo”, reconoció.
Aunque evitó dar nombres específicos, dejó entrever que algunos de sus amores más intensos quedaron en la sombra, ocultos por miedo al escándalo.
Traiciones en el camino
Mijares también sorprendió al hablar de traiciones en el ámbito profesional. “Hubo gente que me sonreía de frente, pero por detrás negociaba en mi contra. Perdí contratos, perdí dinero, pero lo que más dolió fue perder confianza.”
El cantante aseguró que esas experiencias lo hicieron más fuerte, pero que durante años cargó con la decepción.
La relación con sus hijos
Con la voz entrecortada, habló de lo que realmente lo sostiene hoy: sus hijos. “Ellos son mi motor. Quizá no estuve tanto como debía cuando eran pequeños, pero hoy me esfuerzo cada día por estar cerca.”
Reconoció que su carrera lo alejó en muchos momentos de la vida familiar, un error que ahora intenta enmendar.
La música como refugio
A pesar de las heridas, Mijares confesó que la música fue siempre su refugio. “Cantar me salvó de la tristeza. Cada vez que subía al escenario, me transformaba. Allí encontraba la fuerza que fuera del escenario a veces me faltaba.”
Reveló que muchas de sus canciones más famosas no eran solo interpretaciones, sino confesiones disfrazadas en melodías. “Cada letra tenía algo de mí, aunque nadie lo supiera.”
El silencio de tantos años
¿Por qué hablar ahora? La respuesta fue clara: “A los 68 años ya no me interesa fingir. Quiero que la gente conozca al verdadero Manuel, con sus aciertos, pero también con sus errores. Callé mucho tiempo, y eso me enfermó.”
Sus palabras conmovieron a sus seguidores, quienes lo aplaudieron por mostrar un lado más humano y vulnerable.
Reacciones inmediatas
Las declaraciones de Mijares generaron una tormenta en redes sociales. Algunos lo felicitaron por su valentía, mientras otros se mostraron sorprendidos por la crudeza de sus palabras.
“Lo admiro más que nunca, porque ahora sé que detrás del ídolo había un hombre real.”
“Qué fuerte escuchar a Mijares hablar de traiciones y soledad. Nunca lo imaginé.”
Los hashtags #MijaresConfiesa y #SuVerdad se convirtieron en tendencia.
Un legado intocable
Más allá de sus confesiones, Mijares sigue siendo un ídolo indiscutible. Su voz y sus canciones forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones. Y aunque ahora se muestra más vulnerable, su legado artístico permanece intocable.
“Mis errores no borran mi música, al contrario, le dan más verdad. Soy un hombre que vivió, que se equivocó, que amó y que sufrió. Y eso es lo que quiero que quede en mis canciones”, declaró.
Conclusión: la verdad que libera
A sus 68 años, Manuel Mijares decidió abrir su corazón y contar su verdad. Sus palabras no solo sorprenden, también liberan. Detrás del artista impecable estaba un hombre marcado por la soledad, las traiciones, los errores y, sobre todo, la necesidad de ser escuchado sin máscaras.
Hoy, Mijares se muestra más humano que nunca. Y quizá, precisamente por eso, más grande que nunca.
Porque las estrellas, incluso las más brillantes, también lloran en silencio.
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