El tesoro hundido del Atlántico: el naufragio del Felicity Ace. En marzo de 2022, la tragedia golpeó el hundimiento del carguero Felicity Ace en el Atlántico tras un incendio catastrófico, llevándose consigo casi 4.000 coches de lujo

El tesoro hundido del Atlántico: El naufragio del Felicity Ace
Un incendio en el Atlántico Medio

El 16 de febrero de 2022, el carguero Felicity Ace emitió una señal de socorro mientras navegaba por el Atlántico Norte, cerca de las Azores. Lo que comenzó como un viaje normal de Alemania a Estados Unidos se convirtió en una catástrofe cuando se declaró un incendio en la bodega de carga del buque. A pesar de los desesperados esfuerzos de la tripulación, el incendio se propagó incontrolablemente por las cubiertas, alimentándose de miles de  vehículos abarrotados en su interior.

La tripulación, 22 marineros en total, fue evacuada sana y salva, pero el barco no pudo salvarse. Durante casi dos semanas, el averiado Felicity Ace navegó a la deriva por mares tempestuosos, ardiendo como un gigante herido, antes de finalmente sucumbir al Atlántico el 1 de marzo de 2022. Al hundirse bajo las olas, llevaba consigo un cargamento que acaparó titulares en todo el mundo: casi 4.000 coches de lujo, entre ellos Porsches, Bentleys, Audis y Lamborghinis.
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Una fortuna perdida bajo las olas

The sunken cargo ship Felicity Ace, which caught fire and sank in the  Atlantic Ocean in March 2022... The sinking of the Felicity Ace in March  2022 was a significant maritime disaster

Se estima que el valor total del cargamento supera los 400 millones de dólares. Entre los vehículos se encontraban irremplazables vehículos personalizados, Lamborghinis de edición limitada y docenas de Porsches eléctricos destinados a compradores de élite en Estados Unidos. Para muchos, fue más que una pérdida financiera: fue un símbolo del lujo moderno de consumo, devorado por completo por el océano.

Los entusiastas de los coches lamentaron la destrucción de máquinas de ensueño que nunca saldrían del concesionario. Algunos compradores recibieron llamadas de concesionarios confirmando que sus ansiados vehículos habían desaparecido para siempre, y que sus números de identificación del  vehículo (VIN) ahora formaban parte de un cementerio acuático. “Es como perder a un hijo que nunca llegaste a conocer”, escribió un entusiasta de Porsche en un foro en línea.

La tragedia rápidamente se conoció como el “Naufragio del Tesoro del Atlántico”, comparándose con los galeones perdidos del pasado que transportaban oro y plata. Pero en lugar de monedas y joyas, el Felicity Ace transportaba caballos de fuerza y ​​prestigio: símbolos de la riqueza y la aspiración del siglo XXI.

El Misterio del Incendio

The Felicity Ace's sunken treasure: Porsche, Bentley, Lamborghini... | Marca

Los investigadores creen que el incendio pudo haberse originado entre los vehículos eléctricos almacenados en la bodega, específicamente en sus baterías de iones de litio. Una vez encendidos, estos incendios son notoriamente difíciles de extinguir, ya que se alimentan de sus propias reacciones químicas y arden a temperaturas extremas.

Los equipos de rescate intentaron apagar el incendio, pero la gran intensidad hizo que fuera casi imposible contenerlo. “Estamos hablando de un horno flotante”, explicó un experto en seguridad marítima. Con tantos coches tan juntos, una vez que el fuego se propagó, la cosa se acabó.
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El incidente puso de manifiesto la creciente preocupación por el transporte marítimo de vehículos eléctricos. A medida que la flota mundial de vehículos eléctricos se expande, las compañías navieras se ven sometidas a una creciente presión para revisar los protocolos de seguridad y desarrollar nuevas tecnologías de extinción de incendios adaptadas a los riesgos de las baterías de litio.

Un cementerio cerca de las Azores

El Felicity Ace yace ahora a unos 3.000 metros bajo la superficie del Atlántico, cerca del archipiélago portugués de las Azores. Su ubicación exacta solo la conocen las autoridades marítimas, pero eso no ha impedido las especulaciones sobre el aspecto del naufragio.

La imaginación da rienda suelta: filas de coches relucientes, preservados en una quietud inquietante, con los faros apagados en la penumbra del océano. Algunos imaginan un extraño museo submarino de la historia del automóvil, un tesoro para futuros exploradores.

Pero la realidad puede ser mucho menos romántica. La corrosión del agua salada actúa rápidamente, desprendiendo pintura, oxidando el acero y disolviendo componentes electrónicos delicados. En cuestión de meses, gran parte de la carga probablemente comenzó a descomponerse. Los interiores, antaño impecables, de sedanes de lujo y superdeportivos podrían ahora estar reducidos a cáscaras fantasmales, con el cuero y la fibra de carbono erosionándose lentamente hacia el abismo.

Consecuencias ambientales

Más allá del tesoro perdido se esconde un legado aún más oscuro: el impacto ambiental. El Felicity Ace transportaba no solo automóviles, sino también aproximadamente 2200 toneladas de combustible y otros materiales peligrosos. Tras el hundimiento, surgió de inmediato el temor a un derrame importante.

Las autoridades portuguesas monitorearon de cerca el lugar y no reportaron derrames a gran escala inmediatamente después. Sin embargo, grupos ambientalistas advirtieron que el impacto a largo plazo podría no ser visible en la superficie. Materiales tóxicos, desde metales pesados ​​en baterías de automóviles hasta plásticos y productos químicos, podrían filtrarse lentamente al océano durante décadas.

“El fondo del océano no es un vertedero”, afirmó la Dra. Maria Costa, bióloga marina en Lisboa. Esos coches contienen de todo, desde líquido de frenos hasta interruptores de mercurio. Con el tiempo, estos pueden descomponerse y liberar toxinas al ecosistema.
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Para los frágiles hábitats marinos de las Azores —hogar de ballenas, delfines e innumerables especies de peces—, el naufragio es tanto una curiosidad como una posible bomba de relojería.

Los Fantasmas de la Historia Marítima

El Felicity Ace se une a una larga lista de naufragios que pueblan el fondo del océano, desde antiguos galeones con tesoros hasta modernos petroleros. Cada uno lleva consigo su propia historia de ambición, tragedia y pérdida. Sin embargo, pocos naufragios de las últimas décadas han cautivado la imaginación como este.
¿Por qué? Porque a diferencia de los antiguos