En una noche que pasará a la historia del boxeo, la tensión entre Óscar de la Hoya y Canelo Álvarez alcanzó un punto álgido en el exclusivo restaurante Nobu de Malibú.

Lo que debió ser una cena tranquila se convirtió en un enfrentamiento público entre dos de las figuras más influyentes del pugilismo mexicano.

Todo comenzó cuando Óscar de la Hoya, visiblemente afectado por el alcohol, reconoció a Canelo entre los comensales.

Con una mezcla de enojo y nostalgia, se dirigió hacia la mesa del campeón, increpándolo con palabras cargadas de resentimiento. “Ahí está el traidor”, exclamó, lo suficientemente alto para captar la atención de todos.

Canelo, quien cenaba con su pareja Fernanda Gómez y su entrenador Eddy Reynoso, inicialmente ignoró la provocación. Sin embargo, De la Hoya no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de enfrentarlo.

La discusión escaló rápidamente, con De la Hoya acusando a Canelo de haberlo traicionado y destruido Golden Boy Promotions, la empresa que una vez representó al tapatío.

La tensión en el restaurante era palpable. Los guardaespaldas de Canelo se prepararon para intervenir, pero el boxeador los contuvo con un gesto. “No esta noche, Óscar. Estoy cenando con mi familia”, dijo Canelo con calma, aunque su mirada denotaba firmeza.

La situación pareció salirse de control cuando De la Hoya dio un paso adelante, invadiendo el espacio de Canelo y desafiándolo directamente.

Pero en lugar de responder con violencia, Canelo mantuvo la compostura y dejó claro que no caería en provocaciones. “Yo estoy noqueando campeones mientras tú te estás noqueando a ti mismo cada noche”, replicó con una frialdad cortante.

El comentario impactó a De la Hoya, quien titubeó por un momento. Los meseros y el gerente del restaurante intentaron calmar la situación, pero el Golden Boy seguía insistiendo en confrontar a Canelo.

Finalmente, Canelo decidió poner fin al espectáculo. Pagó la cuenta y se dispuso a salir, pero De la Hoya lo siguió, exigiéndole una conversación privada. Ambos salieron a la zona del estacionamiento, donde el ambiente se tornó aún más tenso.

Lejos de las miradas de los comensales, De la Hoya le recriminó a Canelo por su salida de Golden Boy Promotions, asegurando que su compañía se había venido abajo desde su partida. Canelo, sin alterarse, le respondió con franqueza: “Tu compañía se estaba destruyendo sola mucho antes de que yo me fuera”.

El enfrentamiento verbal continuó por unos minutos más, pero al final, De la Hoya se quedó sin palabras. Canelo, con la serenidad de un verdadero campeón, le dejó claro que no estaba dispuesto a seguir en un conflicto innecesario.

Con una última mirada desafiante, el boxeador jalisciense subió a su auto y se retiró del lugar, dejando a De la Hoya sumido en su propia frustración.

Este episodio deja en evidencia las heridas abiertas entre ambos pugilistas, quienes en su momento fueron aliados, pero que hoy se encuentran en bandos opuestos.

La noche en Nobu demostró que el rencor de De la Hoya sigue vivo, mientras que Canelo, con su temple inquebrantable, ha demostrado por qué es el verdadero rey del boxeo mexicano.