Ciudad de México — Mientras las grandes promotoras de boxeo en Las Vegas y Londres siguen especulando sobre la próxima “cara del peso pesado”, en silencio, desde las estepas de Uzbekistán, un coloso de 2 metros ha ido tumbando rivales como si fueran piezas de dominó.
Su nombre: Bakhodir Jalolov, el bicampeón olímpico que ya acumula más de 14 victorias profesionales, todas por knockout, y que amenaza con cambiar la historia reciente del boxeo mundial.
Nacido el 8 de julio de 1994 en Uzbekistán, Jalolov descubrió el boxeo en la secundaria. Para entonces ya era evidente que no se trataba de un joven común. Su físico imponente, acompañado de una agilidad inusual para su tamaño, lo hizo destacar rápidamente en los torneos nacionales. Entre 2013 y 2015, se coronó tres veces campeón nacional y empezó a hacerse de un nombre en los circuitos asiáticos.
Pero no fue sino hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 cuando Jalolov irrumpió en el radar global: oro olímpico tras aplastar rivales con una frialdad clínica y una potencia brutal. Su victoria sobre el estadounidense Richard Torres en la final lo posicionó como una de las amenazas más serias en la categoría de los pesos pesados.
Su transición al boxeo profesional fue igual de contundente. Debutó en 2018 en Estados Unidos, noqueando en el tercer asalto al mexicano Hugo Trujillo, y repitió la dosis meses después con otro mexicano, Eduardo Vitela, a quien despachó en el primer asalto. Desde entonces, su récord ha sido impecable: peleas en California, Dubai, Tashkent, y victorias una tras otra, todas antes del límite.
Pero Jalolov no es solo fuerza bruta. Lo demostró en 2022 cuando enfrentó al resistente Jack Mulowayi en Verona, Nueva York. Pese a perder un punto por conducta antideportiva, supo adaptarse, controló los ritmos, y acabó la pelea con una combinación quirúrgica en el octavo asalto. Fue la clase de victoria que separa a los buenos de los legendarios.
En diciembre de ese mismo año, debutó en la liga IBA Pro, enfrentando a Danis Latipov. Por primera vez, no ganó por KO. Ganó por decisión unánime, pero dejó claro que su talento no depende solo de un golpe certero, sino de una inteligencia táctica pocas veces vista en un superpesado.
En 2023 y 2024, su leyenda siguió creciendo. Noqueó a Chris Thompson, arrasó en los Juegos BRICS en Kazán, y culminó con una segunda medalla olímpica de oro en París 2024, derrotando al español Ayub Gatfa. Con ello, se convirtió en bicampeón olímpico, algo que muy pocos en la historia del boxeo han logrado.
Hoy, con 29 años y un récord profesional intacto, Jalolov está en la antesala de los cinturones mayores. Promotores ya lo ven como un futuro rival para figuras como Tyson Fury, Anthony Joshua o Filip Hrgović. Pero hay una pregunta en el aire: ¿tendrá el carácter para soportar la presión mediática, el juego político de las promotoras, y la guerra psicológica que exige el boxeo de elite?
Porque Jalolov, aunque invicto, aún no ha sido probado por un verdadero veterano del ring. Su fuerza es innegable. Su técnica, refinada. Pero ¿qué pasará cuando enfrente a alguien que se niegue a caer? ¿A un rival que no teme al monstruo?
Mientras tanto, el uzbeko sigue su preparación en silencio. Entrena en la montaña, habla poco y golpea mucho. No da titulares estridentes, no busca el show. Su mensaje está en cada puño, en cada uppercut que levanta del suelo a sus rivales.
Y aunque aún no ha peleado por un título mundial, para muchos el veredicto ya está escrito: Bakhodir Jalolov no es el futuro del peso pesado. Es su presente.
News
Todas las noches, una niña se acurrucaba en el mismo banco del parque con su osito de peluche. Sin almohada ni manta, solo el frío aire de la noche. Cuando un adinerado empresario finalmente se detuvo a preguntarle por qué, su respuesta lo hizo llorar.
Cada noche, una niña pequeña se acurrucaba en la misma banca del parque con su osito de peluche. Sin almohada,…
“Nunca soñé con tener mucho… solo con que alguien me abrazara al final del día”, pensó.
Estaba sentado al borde de su cama, en un cuarto de paredes húmedas y piso sin baldosas. Tenía la piel…
Inés no se convirtió en otra mujer de la noche a la mañana. Lo que sucedió fue más profundo: se quitó el disfraz de la complacencia y comenzó a vivir con autenticidad.
En cada rincón de aquella casa, su abuela María le había dejado no solo libros, sino pistas, recuerdos entretejidos, secretos…
“Me filmaron llorando en mi último día, luego lo publicaron para obtener likes.”
Ni siquiera sabía que estaban grabando. Uno de los profesores más jóvenes tenía su teléfono afuera, dijo algo sobre “capturar…
La historia inolvidable de Petya y Anya: una familia construida desde el corazón
Una luz en la oscuridad: el encuentro inesperado «¿Hay alguien allí?», susurró Anya con voz baja mientras dirigía el tenue…
“La casa no era tuya”, dijo su nuera al quedarse viuda — pero en el banco descubrió la verdad que lo cambiaría todo
Creyeron que podían echarla de su hogar tras la muerte de su esposo, pero ella tenía un as bajo la…
End of content
No more pages to load