“No es una telenovela, es boxeo”: Nacho Beristáin desata tormenta antes del combate Chávez Jr. vs Jake Paul

Durante décadas, Ignacio “Nacho” Beristáin ha sido sinónimo de sabiduría en el boxeo mexicano. Forjador de leyendas como Juan Manuel Márquez y Ricardo “Finito” López, el veterano entrenador volvió a los reflectores, pero no por subir a la esquina de algún peleador, sino por lanzar una crítica que cimbró al mundo del pugilismo nacional: “Si Chávez Jr. no entrena con disciplina, va a perder. Esto no es una telenovela.”

La frase, dicha con su característico tono seco y sin adornos, cayó como un uppercut en el orgullo del apellido Chávez. El receptor indirecto, Julio César Chávez Jr., se prepara para un combate inédito —y mediático— ante Jake Paul, el youtuber convertido en boxeador, el próximo 28 de junio en el Honda Center de Anaheim, California. Pero la respuesta más rápida no vino del hijo. Fue el padre, el gran campeón mexicano, quien salió a proteger a su sangre.

“Mi hijo está motivado. No es justo que lo descalifiquen antes de pelear,” respondió Julio César Chávez padre, visiblemente molesto, en entrevista televisiva. Aseguró que respetaba a Nacho, pero sentía sus palabras como una traición. Las redes estallaron. Los medios se polarizaron. Y la pelea, aún a semanas de distancia, ya había comenzado… fuera del ring.

El peso del apellido y el silencio estratégico

Mientras el debate subía de tono, Chávez Jr. eligió el silencio. En vez de responder con declaraciones, optó por aislarse en su campamento de Jiquipilco, Estado de México. Fuentes cercanas aseguraron que se encuentra enfocado, disciplinado y más serio que nunca. Lejos quedaron las imágenes de indisciplina y altibajos que marcaron su carrera: cancelaciones, problemas de peso, sanciones y peleas irregulares.

“Las palabras no ganan peleas”, había dicho su padre. Y el hijo, quizás por primera vez en mucho tiempo, está dejando que el trabajo hable por él. Las imágenes filtradas muestran a un Chávez Jr. enfocado, con tono muscular notable, sesiones dobles de entrenamiento y control estricto de alimentación. ¿Será esta su última oportunidad de redención?

El análisis técnico: ¿Puede ganar?

A nivel técnico, la pelea se presenta como una incógnita fascinante. Chávez Jr. cuenta con más de 60 peleas profesionales, experiencia real ante campeones y una resistencia natural que ha soportado castigos de peleadores de élite. Pero tiene 39 años, un historial de lesiones y una fama merecida por su falta de constancia.

Jake Paul, con solo 10 peleas y una derrota ante Tommy Fury, no es un boxeador consagrado, pero tiene 12 años menos, un físico trabajado, poder de nocaut y una disciplina que lo ha llevado a progresar visiblemente. Su estilo aún es robótico, predecible, pero compensa técnica con agresividad e inteligencia de promoción.

El combate se pactó en 200 libras (peso crucero). Para Chávez Jr., que ha peleado en pesos similares, eso podría ser una ventaja natural. Pero solo si llega en forma. De lo contrario, Paul podría desgastarlo y buscar el nocaut entre los asaltos cinco y ocho.

Escenarios posibles

Jack Paul gana por TKO (rounds 5-8): Si Chávez Jr. llega mal preparado, Jack impondrá ritmo y presión. Alta probabilidad.

Chávez Jr. gana por decisión o nocaut: Si el mexicano llega en buena forma, su experiencia debe imponerse. Probabilidad moderada.

Paul gana por decisión cerrada: Pelea pareja, Chávez baja intensidad y Jack aprovecha. Probabilidad media-alta.

Una pelea que refleja dos mundos

Más allá de lo deportivo, esta pelea simboliza un choque generacional y cultural: el boxeo tradicional contra el entretenimiento digital. La vieja escuela se indigna, los nuevos fans se emocionan. Y en el centro, un hombre que alguna vez fue campeón mundial y hoy pelea no solo contra un rival, sino contra su pasado.

Nacho Beristáin dijo lo que muchos pensaban. Quizás con rudeza, pero con honestidad. Chávez padre respondió con el corazón. Y Chávez Jr., por primera vez en mucho tiempo, parece dispuesto a hablar con los puños.

El 28 de junio, más que un espectáculo, veremos si aún queda fuego en los guantes del hijo del gran campeón.