Ha pasado un año desde la muerte de Sasha Montenegro, la icónica actriz que cautivó al público con su belleza y talento. Sin embargo, antes de partir, dejó una confesón impactante que podría cambiar todo lo que se creía sobre su vida.

Montenegro no solo fue una estrella del cine mexicano, sino también una figura rodeada de escándalos debido a su relación con el expresidente José López Portillo.

Su historia de amor estuvo marcada por controversias, especialmente porque sus hijos nacieron cuando él aún estaba casado con su primera esposa. Pero, ¿y si la historia no es tan simple como se creía? ¿Y si el verdadero padre de sus hijos no era quien todos pensaban?

Sasha Montenegro fue mucho más que una actriz famosa; también fue una madre devota y una mujer con un pasado enigmático. Nacida como Alexandra Asim Popovic en Bari, Italia, y criada en Argentina, su belleza hipnotizante la llevó a la fama.

Aunque su sueño original era convertirse en periodista, un viaje a México cambió su destino cuando un productor la descubrió y le ofreció su primer papel en el cine. Sin experiencia previa en actuación, Montenegro aceptó sin imaginar que se convertiría en una de las estrellas más icónicas del país.

Con el tiempo, se tejieron rumores sobre su vida personal. Algunos afirmaban que ya estaba casada con un cirujano plástico cuando llegó a México y que él mismo le había realizado retoques estéticos.

Sin embargo, ella siempre negó estas afirmaciones, insistiendo en que su belleza era natural. Se llegó a especular incluso que la legendaria María Félix sentía celos de su apariencia, creyendo que la superaba en atractivo.

Sasha Montenegro fue una de las figuras más emblemáticas del cine erótico en México. Se dice que las actrices de este género ganaban hasta 10,000 dólares por película, pero sus ingresos iban más allá, ya que eran cortejadas por empresarios y políticos que las colmaban de lujos.

Se rumoreaba que muchas recibían regalos extravagantes financiados con fondos públicos, lo que generó controversia en su momento.

A finales de los años 70, se dice que José López Portillo cayó rendido ante Montenegro. Sin embargo, su relación tuvo que mantenerse en secreto debido a que él seguía casado con Carmen Romano, la primera dama de México.

A pesar de ello, en la industria todos sabían del romance. Actores como Jorge Rivero admitieron que era un secreto a voces, aunque nadie se atrevía a confirmarlo públicamente.

Montenegro, sin embargo, no era una mujer fácil de manipular. Sabía cómo moverse en un mundo dominado por hombres poderosos y tenía una lengua afilada para poner a la gente en su lugar.

Aunque su participación en películas eróticas generó controversia, ella nunca permitió que la encasillaran o que la consideraran simplemente un objeto de deseo.

Su relación con López Portillo evolucionó con los años, y tras la muerte del expresidente, Montenegro se vio envuelta en disputas legales por la herencia. Su vida estuvo marcada por la lucha y la supervivencia en un medio hostil, donde supo jugar sus cartas con inteligencia.

La reciente confesón que dejó antes de morir pone en duda lo que el público creía saber sobre su historia. ¿Qué verdades ocultas podrían salir a la luz? En el mundo de la fama, el poder y la política, nada es lo que parece.