Dos nombres resuenan con fuerza en los anales de la historia del rock: Jimmy Page, el arquitecto sonoro de Led Zeppelin, y Ritchie Blackmore, la potencia creativa detrás de Deep Purple y Rainbow. Ambos forjaron carreras legendarias que redefinieron el sonido de la guitarra eléctrica en los años 60 y 70. Aunque frecuentemente comparados, sus estilos, filosofías y caminos dentro de la música fueron marcadamente diferentes. Sin embargo, más allá de la rivalidad tácita, existe también una historia de respeto mutuo, reconocimientos sinceros y una tensión creativa que enriqueció el legado del rock.


De la pobreza al estrellato

Ambos guitarristas comenzaron desde abajo. Jimmy Page nació en Heston, Middlesex, y Ritchie Blackmore en Weston-super-Mare, Somerset. Durante los primeros años de los 60, coincidieron en el circuito de músicos de sesión en Londres, tocando para artistas como Joe Meek o los Rolling Stones. Page se convirtió rápidamente en uno de los guitarristas de sesión más solicitados, gracias a su precisión técnica y versatilidad estilística. Blackmore, por su parte, aportaba una energía más visceral y un enfoque neoclásico que lo hacía único incluso entre sus pares.

Estos primeros encuentros en el estudio marcaron un punto de partida importante: aunque ambos trabajaban en entornos similares, sus estilos y trayectorias pronto los colocarían en caminos paralelos pero claramente separados.


Influencias, técnica y personalidad

What is Ritchie Blackmore's opinion on Led Zeppelin's Jimmy Page

Ritchie Blackmore es conocido tanto por su virtuosismo como por su carácter directo. A lo largo de los años, no ha dudado en opinar abiertamente sobre otros músicos, incluso aquellos a los que respeta. Por ejemplo, ha declarado que Page tenía “una gran variedad de ideas”, aunque a veces, según él, “no cumplía con las expectativas en ciertas áreas”. Sin embargo, reconoció el talento de Page como productor musical excepcional.

Asimismo, Blackmore hizo observaciones sobre Jeff Beck, a quien siempre consideró un ídolo y guitarrista brillante, pero no evitó mencionar que Beck a veces tenía dificultades para componer. Sobre Eric Clapton también expresó una opinión ambivalente: aunque respetaba su consejo sobre el uso del vibrato, dijo que nunca le impresionó su habilidad como guitarrista, aunque sí admiraba su voz.

Este carácter crítico y perfeccionista de Blackmore lo convirtió en una figura tanto admirada como temida en el mundo del rock.


La voz de Page: admiración sin reservas

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Recientemente, y con 81 años, Jimmy Page rompió el silencio para hablar abiertamente sobre su relación profesional —y personal— con Blackmore. En una conversación de más de dos horas en la Universidad de Oxford, Page confesó que no podía igualar a Blackmore en cuanto a habilidades en directo. Reconoció su sólida formación musical y su superioridad en ciertos aspectos de interpretación en vivo, lo que sorprendió a muchos fans, considerando la inmensa reputación de Page como guitarrista.

La admiración no termina ahí. Page valoró particularmente el enfoque blues de Deep Purple, mencionando su aprecio por canciones como Soldier of Fortune, y admitió que la etapa de Deep Purple influenciada por el blues fue fundamental en su desarrollo musical. También mencionó su gusto por el álbum Machine Head (1972) y el legendario Who Do We Think We Are (1973), discos que marcaron un punto de inflexión para muchos guitarristas de la época.


Tensiones y rivalidades: más allá de la guitarra

Si bien entre Page y Blackmore existía una competencia tácita, una figura externa alimentó la tensión: Robert Plant, el icónico vocalista de Led Zeppelin. Plant nunca ocultó su desdén por Deep Purple. Despreciaba tanto a Ian Gillan como a David Coverdale, vocalistas principales de la banda en diferentes épocas. Estas tensiones no solo generaron conflictos entre músicos, sino también entre los fans y críticos que vieron en Coverdale una amenaza vocal directa al estilo de Plant.

En 1993, Page se unió justamente con Coverdale para el álbum Coverdale-Page, que fusionaba las esencias de Zeppelin y Purple. El proyecto fue un éxito comercial y musical, pese a la controversia. La química entre ambos músicos evidenció que la música podía trascender rivalidades personales. No obstante, las opiniones divididas entre los seguidores de ambas bandas aumentaron la percepción de un conflicto entre Led Zeppelin y Deep Purple, y por extensión, entre sus guitarristas estrella.


¿Quién fue realmente “el mejor”?

La comparación entre Page y Blackmore es inevitable, pero también injusta. Ambos marcaron escuelas diferentes: Page apostó por la producción, los ambientes psicodélicos y los riffs masivos; Blackmore se inclinó por la técnica precisa, la improvisación y el neoclasicismo. Los solos de Stairway to Heaven y Smoke on the Water son himnos generacionales, pero su enfoque musical, estructuralmente, es completamente distinto.

Además, Page fue un innovador en el estudio, jugando con grabaciones de múltiples pistas y técnicas como el reverse echo, mientras que Blackmore brilló en los escenarios con una destreza que rayaba en lo sobrehumano. Las influencias de ambos llegan hasta hoy, siendo modelos para generaciones de guitarristas de metal, hard rock y blues.


Más allá del escenario

Aunque ambos guitarristas han tenido vidas marcadas por el éxito, también han vivido luchas personales. La carrera de Page fue afectada por problemas con las drogas durante los años 70, mientras que Blackmore ha tenido altibajos con diversas formaciones musicales y una reputación difícil entre sus compañeros.

Hoy, sin embargo, ambos viven alejados de la vorágine del rock. Page, ocasionalmente, participa en charlas y reediciones. Blackmore, por su parte, se ha volcado en su proyecto medieval Blackmore’s Night, con su esposa Candice Night, explorando sonidos folk y renacentistas.


Conclusión: respeto eterno entre titanes

A lo largo de los años, los fans han debatido, los críticos han comparado, y los músicos han opinado. Pero lo cierto es que la reciente declaración de Page acerca de Blackmore pone fin a una rivalidad más mediática que real. Cuando una leyenda admite la superioridad de otra en algún aspecto, no es una señal de derrota, sino una muestra de grandeza.

El rock no necesita campeones únicos; necesita diversidad, evolución y respeto. Y en esa ecuación, tanto Jimmy Page como Ritchie Blackmore ocupan lugares irremplazables.