Veinticinco años después del impactante asesinato de Paco Stanley, el que fuera principal sospechoso —Mario Bezares— rompe el silencio y revela una verdad jamás contada. Sus confesiones no solo estremecen a los medios mexicanos, sino que también hacen temblar a millones de personas…


El 7 de junio de 1999, México quedó paralizado por una noticia desgarradora: el querido conductor y comediante Paco Stanley fue brutalmente asesinado justo después de salir del restaurante El Charco de las Ranas. La imagen de un hombre que solía arrancar risas y alegrías siendo abatido en plena luz del día marcó para siempre la memoria colectiva del país. En medio del escándalo mediático, Mario Bezares, su mejor amigo y compañero de escenario, se convirtió de forma inesperada en el principal sospechoso.

Durante años, Bezares vivió a la sombra de la sospecha. Fue arrestado, perdió su carrera, su imagen pública y permaneció en un doloroso silencio. Sin embargo, a los 66 años, ha decidido hablar.

En una reciente entrevista, Mario Bezares describió su historia como una vida robada. Según él, fue víctima de una trampa, utilizado como “peón en un teatro político” destinado a desviar la atención de la opinión pública sobre temas nacionales urgentes. Su detención —junto con la de su esposa Paola— se basó en el testimonio de Luis Gabriel Valencia, un reo que luego se retractó completamente y denunció que había sido presionado por altos funcionarios para declarar falsamente.

Bezares relató que su tiempo en prisión fue “un infierno”, no solo para él, sino también para su familia. Su esposa fue obligada a limpiar celdas, dormir en el suelo y soportar humillaciones por parte de otras internas. Confesó el dolor que sintió al ser tratado como “traidor” de su amigo más cercano.

Uno de los rumores más explosivos fue el de una supuesta relación entre Paco Stanley y la esposa de Bezares, así como la posibilidad de que Paco fuera el padre biológico del hijo de la pareja. Un análisis de ADN finalmente descartó esa posibilidad, ayudando a despejar algunas de las dudas que pesaban sobre Mario.

Recientemente, Bezares se reencontró con Paul Stanley, hijo de Paco, en un emotivo episodio televisivo. Ambos, quienes durante años representaron lados opuestos de una tragedia, se fundieron en un abrazo, lloraron y reconocieron el dolor irreparable de una historia sin respuestas.

Mario Bezares afirma que ya no busca una exoneración total. Su única petición es que se deje descansar en paz a Paco, y que el país pueda finalmente cerrar una herida que ha permanecido abierta por décadas.


El asesinato de Paco Stanley sigue siendo uno de los grandes enigmas sin resolver de la historia contemporánea de México. Aunque el presunto autor material, “El Cholo”, fue detenido, los errores, contradicciones e irregularidades en la investigación aún alimentan la sospecha de que la verdad sigue enterrada bajo capas de poder e intereses. Y quizás, la voz de Mario Bezares —aunque tardía— sea el punto final necesario para una de las páginas más trágicas de la televisión mexicana.