De trabajar en Univisión! a mendigar en otros medios Jorge Ramos

Jorge Ramos, reconocido durante décadas como uno de los rostros más emblemáticos del periodismo hispano en Estados Unidos y figura central de Univisión, ha atravesado recientemente un giro profundo en su carrera profesional. Su salida de la cadena marcó el fin de una era en la que su presencia en pantalla no solo informaba, sino que también representaba una voz firme y crítica dentro del panorama latinoamericano.

Hoy, su figura parece haber quedado en una especie de limbo mediático, navegando entre colaboraciones puntuales y proyectos más discretos, mientras intenta mantenerse vigente en un ecosistema donde la competencia por la atención del público es implacable y las oportunidades verdaderamente significativas se han vuelto cada vez más limitadas. En este nuevo escenario, incluso un nombre tan consolidado como el suyo enfrenta la complejidad de adaptarse, reinventarse y encontrar su lugar en una industria que ya no funciona bajo las mismas reglas que hace una década.

La noticia de su aparente “mendigar” en otros medios sorprendió a sus seguidores y generó una ola de comentarios sobre su nuevo rumbo.

La transición profesional que ha experimentado Jorge Ramos no ha sido sencilla ni exenta de desafíos. Después de décadas al frente de programas de alto impacto y máxima audiencia —donde su voz se convirtió en sinónimo de firmeza y credibilidad—, hoy enfrenta una nueva etapa en su carrera que lo aleja de los reflectores tradicionales.

Acostumbrado a marcar la agenda informativa desde plataformas de gran alcance, Ramos se ha visto en la necesidad de explorar nuevos formatos y aceptar colaboraciones en medios alternativos, que si bien le permiten seguir ejerciendo su labor periodística, no le brindan el mismo nivel de visibilidad, influencia ni proyección pública que tuvo durante sus años dorados.

Este cambio pone en evidencia no solo los retos individuales de su trayectoria, sino también una transformación más amplia en el ecosistema mediático, donde incluso las figuras más emblemáticas deben adaptarse a un entorno digital volátil, competitivo y en constante mutación.

El hecho de que haya pasado de estar al frente de un emporio mediático de noticias a involucrarse en proyectos más pequeños y de menor alcance no ha pasado desapercibido. Esta transición refleja claramente los desafíos reales que incluso las figuras más consolidadas del periodismo enfrentan al tratar de mantenerse relevantes en un panorama informativo en constante evolución, donde la tecnología, las redes sociales y el ritmo acelerado del consumo de contenido han transformado profundamente las reglas del juego.

A pesar de los cambios en su carrera, la imagen de Jorge Ramos como un periodista firme, incisivo y con un compromiso inquebrantable hacia la verdad sigue siendo respetada por una gran parte del público. Para muchos, continúa siendo una referencia de integridad y valentía en un entorno donde la objetividad y la profundidad a menudo se ven comprometidas. Su legado como voz crítica y defensor de los derechos humanos permanece intacto, y su influencia sigue dejando huella, aunque ahora desde espacios más íntimos y personales.

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Sin embargo, sus detractores consideran que su tiempo de gloria ya pasó y que su actual insistencia en aparecer en diversos espacios no logra sostener el peso de su nombre.

Las nuevas audiencias buscan formatos más frescos y ágiles, lo que desafía su estilo clásico.

Pese a las críticas, Jorge Ramos mantiene su compromiso con el periodismo. Aunque sus apariciones ya no son tan constantes ni tan estelares como antes.

AQUI EL VIDEO DE LO QUE REPORTO JORGE RAMOS