Perdió la vida en una tragedia que conmocionó a todo México. Pero cuando parecía que el horror había terminado, Valeria Márquez —la influencer de 23 años asesinada en plena transmisión en vivo— fue víctima de una segunda afrenta: esta vez, en su lugar de descanso eterno.

Lápida rota, flores pisoteadas: el escenario de la indignación

El cementerio Parque Funeral Colonias, donde fue sepultada Valeria apenas una semana atrás, se convirtió en escenario de repudio cuando su tumba fue hallada dañada durante la mañana del 25 de mayo.

Amigos, familiares y seguidores que acudieron a visitarla descubrieron que las flores estaban destrozadas, los floreros rotos y la fotografía de Valeria había sido arrojada al suelo, boca abajo.

“No puedo creer que alguien sea capaz de hacer esto… Ella ya está muerta, y aun así siguen dañándola”, dijo entre lágrimas una amiga cercana de Valeria.

La familia alza la voz: “Es una falta de respeto total”

La familia Márquez, aún con el dolor fresco de su pérdida, expresó su profundo rechazo ante el acto que consideraron “una segunda violencia”.

“A mi hija ya la mataron una vez. Ahora, la vuelven a matar profanando su tumba. No la dejan descansar”, declaró la madre de Valeria en una breve ceremonia de oración frente a la lápida.

Sin detenidos, pero con señales claras de vandalismo

La policía municipal de Zapopan acudió al lugar para documentar el hecho. De acuerdo con el informe preliminar, no hubo robo, sino daños intencionales con motivaciones aún desconocidas.

Llamó la atención el hecho de que las cámaras de seguridad del cementerio dejaron de funcionar justo durante la noche en que ocurrió el ataque, y ningún vecino reportó ruidos o movimientos inusuales.

Reacción de redes sociales: “Esto supera cualquier límite”

En cuestión de horas, plataformas como TikTok, X (antes Twitter) y Facebook se inundaron con mensajes de indignación. Los hashtags #JusticiaParaValeria y #RespetoParaLosMuertos se volvieron tendencia nacional.

“No importa si eras fan o no de ella. Esto no se justifica bajo ninguna circunstancia. El respeto por los muertos es el último umbral de la humanidad”, escribió un usuario.

Cuando ni la muerte protege la dignidad

La profanación de la tumba de Valeria Márquez no es solo un acto de vandalismo. Es un símbolo de hasta qué punto puede llegar el odio, incluso después de la muerte.

Mientras la investigación sobre su asesinato sigue sin resolver, su familia y seguidores enfrentan ahora una nueva lucha: exigir respeto, exigir justicia… y exigir que la dejen descansar en paz.