¿Qué pasó con la gran diva del cine mexicano? Pocas figuras han dejado una huella tan profunda como Luz María Aguilar, pero a medida que se acerca a los 90 años, su vida ha dado un giro que pocos imaginaban. A pesar de décadas de fama, premios y reconocimiento, hoy su realidad es muy distinta… y profundamente emotiva.

En este reportaje exclusivo, revelamos los momentos más brillantes y también los más dolorosos de la vida de una mujer que lo dio todo por el arte, pero que eligió la discreción y la dignidad antes que los escándalos. Desde sus inicios en la radio hasta su consagración en el cine, el teatro y la televisión, esta es la historia completa de Luz María Aguilar, la leyenda viva del espectáculo mexicano.

Una niñez marcada por la pasión y el destino

Nacida el 26 de marzo de 1935 en Ojinaga, Chihuahua, Luz María Aguilar creció fascinada por el cine. Su madre, figura esencial en su formación, la llevaba a los sets de filmación, donde conoció íconos como María Félix y Arturo de Córdoba. Aunque inicialmente quiso estudiar comercio, el arte dramático fue más fuerte. Se formó con maestros como un profesor japonés anónimo y el inolvidable Andrés Soler, quien la impulsó a profesionalizar su talento.

Antes de alcanzar la fama, su voz resonaba en la radio, particularmente en la estación XWV2, donde trabajó junto a grandes del medio como Roberto Cañedo y Armando Silvestre.

El esplendor del cine de oro

Su debut oficial en el cine fue en 1953, a los 18 años, en la cinta Ansiedad junto a Pedro Infante y Libertad Lamarque. Pronto se convirtió en una presencia constante en la gran pantalla. Participó en más de 39 películas, con 15 de ellas solo en la década de 1950. En 1957, ganó el Ariel de Plata a Mejor Actriz Juvenil por Con quién andan nuestras hijas. Su belleza angelical y talento arrollador la convirtieron en una de las actrices más buscadas de la época.

Una reina del teatro y la televisión

Además del cine, Aguilar se destacó en el teatro con obras como Una cama de bodas y El curioso incidente del perro a medianoche, donde fue ovacionada por su papel como la señora Alexander.

Sin embargo, su salto definitivo a la fama popular llegó con el icónico programa “Hogar Dulce Hogar” (1972-1982), donde interpretó a Lucha, una madre de familia fuerte y entrañable. La serie, que alcanzó récords de audiencia, se mantuvo vigente durante una década y sigue siendo retransmitida en plataformas digitales.

El lado oculto de su vida personal

Aunque su vida profesional fue pública, Luz María Aguilar siempre protegió con recelo su intimidad. Se rumoró que tuvo una relación con el expresidente Gustavo Díaz Ordaz, pero ella nunca lo confirmó y rechazó hablar del tema. Para Aguilar, la verdadera prioridad era su trabajo y su paz interior.

No soy una leyenda, soy una mujer que hace lo que ama”, declaró en una entrevista. Y esa frase resume toda una filosofía de vida.

Hoy, cerca de los 90… ¿cómo vive?

Con más de 65 años de trayectoria, premios como el Ariel, el Heraldo, la Diosa de Plata y reconocimientos internacionales, Luz María Aguilar sigue siendo un ícono del entretenimiento mexicano. En 2018 fue homenajeada por Ignacio López Tarso, y en 2020 regresó a la televisión con Te doy la vida.

Pero la realidad es que su vida actual dista mucho del glamour del pasado. Aunque mantiene una actitud positiva y una energía admirable, muchos cercanos a ella afirman que vive con modestia y sin el reconocimiento merecido. Su frase de cabecera, “Descansarás cuando mueras”, refleja su deseo de seguir activa, aunque la industria la haya dejado de lado.


Un legado que no debe ser olvidado

En una época donde las estrellas brillan fugazmente, Luz María Aguilar es prueba viviente de que el verdadero arte perdura. Su historia es un recordatorio del precio de la fama, pero también de la fortaleza de una mujer que eligió vivir con pasión, dignidad y entrega absoluta a su vocación.

Y aunque hoy su vida pueda parecer solitaria o incluso “triste” a los ojos de muchos, la verdad es que Luz María Aguilar sigue siendo luz… incluso en el ocaso.