Una casa tranquila. Cajones cerrados con llave. Y decenas de documentos que podrían cambiar la forma en que entendemos toda una industria.

La desaparición de María Sorté ha sido el centro de atención mediática en México durante semanas. Pero lo que realmente conmocionó a investigadores y analistas no fue su ausencia, sino lo que quedó detrás: un archivo privado, cuidadosamente resguardado en su hogar, que sugiere que la actriz sabía mucho más de lo que cualquiera imaginaba.

Ciudad de México, junio de 2025. Durante el operativo de inspección en la residencia de María Sorté, ubicada en San Ángel, las autoridades descubrieron algo inesperado: una especie de archivo personal clasificado, compuesto por documentos físicos, discos duros y dispositivos digitales almacenados con niveles de seguridad poco comunes para una figura pública.

En dos cajas fuertes ocultas en el sótano, los agentes encontraron 37 carpetas con documentos impresos, más de 70 memorias USB, y tres discos duros externos, la mayoría encriptados con múltiples capas de protección. El acceso requería huella digital y contraseñas personales de la propia María.

De diarios personales a posibles pruebas judiciales

Según fuentes de la Fiscalía General de la República, el contenido se clasifica en tres bloques principales:

    Diarios y anotaciones personales:
    Relatos detallados de encuentros privados con productores, ejecutivos y figuras públicas. Incluyen observaciones sobre gestos, palabras clave y comportamiento. Algunas páginas están tituladas como “Cena con X – noviembre” o “Conversación fuera de cámara”.
    Contratos anulados y documentos legales:
    Copias de más de 20 contratos televisivos rescindidos abruptamente, muchos con anotaciones manuscritas de Sorté, como “me forzaron a renunciar” o “sabía demasiado”.
    Archivos financieros y audios analíticos:
    Las USB contenían hojas de cálculo con movimientos bancarios vinculados a medios de comunicación, fundaciones y organizaciones “sin fines de lucro” registradas en Querétaro, Panamá y las Islas Vírgenes. También se identificaron 21 grabaciones en las que la actriz comenta y analiza lo que está presenciando.

Un archivo deliberado – no accidental

Más allá del contenido, lo que llamó la atención de los peritos fue la estructura meticulosa del archivo: cada disco duro estaba rotulado por fecha, tema y tipo de evidencia: “Política – Televisión”, “Poder – Actores”, “Finanzas – Productores”.

Un investigador señaló:
“Esto no es un archivo doméstico cualquiera. María construyó un sistema de respaldo. Tal vez como forma de autoprotección.”

Contenido delicado y posibles repercusiones legales

Entre los hallazgos más graves figura una transcripción de conversación entre María y un alto directivo de televisión, donde se menciona la compra del silencio a través de contratos exclusivos. Además, se descubrió un audio rotulado como “confidencial”, donde se discute el uso de programas de entretenimiento para moldear la imagen pública de políticos en campaña.

Parte de los documentos fueron remitidos al Centro Nacional de Inteligencia para evaluar su alcance y autenticidad.

Reacción en la industria mediática

Aunque las autoridades aún no han divulgado los detalles oficialmente, algunas cadenas ya han suspendido programas asociados a personas mencionadas en los archivos. Dos editores de renombre solicitaron licencia y al menos un ejecutivo fue citado por la Fiscalía para una reunión privada.

En redes sociales, la pregunta se multiplica: ¿Fue María Sorté una víctima… o una denunciante estratégica que sabía demasiado?

Los documentos hallados en la casa de María Sorté representan mucho más que notas personales. Constituyen una pieza clave que podría desenredar la red de relaciones entre el espectáculo, la política y el poder financiero.

Si todo lo que contienen es verídico, estaríamos ante una de las investigaciones más significativas en la historia reciente del entretenimiento en México.

Y si María realmente sabía todo eso, la pregunta no es solo dónde está…
Sino: ¿quién – o qué – quiso silenciarla para siempre?