Un secreto guardado durante décadas finalmente ha salido a la luz. Sebastián Ligarde —el actor que conquistó a millones con sus inolvidables villanos— ha decidido contar su verdad. Desde los reflectores de la fama hasta las sombras del dolor personal, su historia es una lección de coraje, autenticidad y superación.

Brillo y oscuridad: una carrera estelar marcada por cicatrices ocultas

Nacido en 1952 como Amede Gerardo Ligarde Mayauddon, Sebastián Ligarde es uno de los actores más emblemáticos de la televisión mexicana de los años 80 y 90. Comenzó su carrera en el teatro y el cine en Estados Unidos, pero alcanzó la fama con el personaje de “Memo” en la telenovela Quinceañera (1987), cuya icónica frase “Sereno Moreno” se convirtió en parte del imaginario popular.

Con una voz grave, mirada intensa y una extraordinaria habilidad para encarnar personajes complejos, Ligarde se convirtió en el “rey de los villanos” de Televisa durante casi dos décadas. En títulos como María la del Barrio, Entre la vida y la muerte y Salomé, su presencia en pantalla era tan perturbadora como hipnotizante.

Una infancia marcada por el abuso y el silencio

Pero detrás del profesionalismo y el carisma, se escondía un pasado doloroso. En una entrevista de 2020, Ligarde reveló por primera vez los abusos físicos y psicológicos que sufrió durante su infancia en un internado en Puebla, México. Allí, siendo apenas un niño de 12 años, fue víctima de agresiones por parte de compañeros y una figura de autoridad.

“El daño fue físico, pero también espiritual. Me sentí humillado, ultrajado, y demasiado asustado para contarlo”, confesó. Su único refugio fue un estudiante mayor que lo protegió y se convirtió en su “primer amor”. Una experiencia dulce y amarga a la vez, pero crucial para el proceso de autoconocimiento de su identidad.

Salir del clóset y una boda inolvidable

En 2013, a los 60 años, Ligarde hizo pública su homosexualidad en una entrevista con la revista Televisa y Novelas. “Soy gay y lo digo con orgullo. Nadie debería caminar por la vida con una etiqueta de estigma en la frente”, afirmó con firmeza.

Inspirado por Ricky Martin, el actor consideró que era su deber usar su visibilidad para empoderar a otros. Un año después, celebró su unión con su pareja de más de dos décadas, el abogado Jorge López Lira, en una ceremonia íntima en México, pese a que el matrimonio igualitario aún no era legal en Texas.

Tumor, depresión y el renacer desde Perú

Ya en años recientes, Ligarde enfrentó una etapa crítica: un tumor de diagnóstico incierto lo sumió en una profunda depresión. En 2022, confesó haber atravesado un “trastorno mental severo”. Pero fue entonces cuando la actuación volvió a salvarle la vida: la productora Michelle Alexander lo convocó para Luz de Luna 3, rodada en Perú.

El papel de Adán Cruces, un villano complejo, no solo significó su regreso a la pantalla, sino también un salvavidas emocional. “Necesitaba ese proyecto para sobrevivir”, dijo emocionado. El cariño del público peruano y la experiencia de grabar en un país que ama lo ayudaron a recuperar el equilibrio.

Controversias, sinceridad y redes sociales con propósito

Fiel a su estilo sin filtros, Ligarde también generó polémica al revelar que practica la urinoterapia desde hace 35 años para mantener su piel joven. Aunque esta práctica ha sido rechazada por especialistas, él la defiende abiertamente.

En redes sociales, el actor critica la superficialidad: “No deberíamos usarlas solo para presumir logros o belleza, sino para educar, crear conciencia y servir a la sociedad”.

Un portavoz por la salud mental y contra el bullying

Ligarde ha asumido un fuerte compromiso con la salud mental, especialmente entre jóvenes. Denuncia el acoso escolar como una de las principales causas del aumento de suicidios en adolescentes, y pide a las familias estar alerta: “La depresión es real, es una enfermedad, y debemos atenderla con responsabilidad”.

Filosofía de vida y legado

Para él, el mayor acto de valentía es vivir con autenticidad. “Es absurdo pasar la vida preocupado por lo que dirán, en vez de escuchar lo que dicta tu alma y valorar el amor de quienes realmente importan”, reflexiona.

Asegura que todo cambió al cumplir 30 años, cuando decidió priorizar sus propios deseos sobre las expectativas sociales. Y recuerda a todos que “venimos solos al mundo y nos iremos solos. Vivamos con plenitud y verdad”.

A sus 71 años, Sebastián Ligarde no solo es una leyenda de la televisión mexicana, sino también una voz valiente por la visibilidad LGBTQ+, la salud emocional y la integridad personal. Su historia demuestra que la verdadera grandeza no está solo en los personajes que interpretamos, sino en la valentía con la que decidimos contar nuestra propia historia.