“A los 77 años, Carlos Santana confiesa los 5 nombres que más odia”

El nombre de Carlos Santana es sinónimo de virtuosismo, espiritualidad y revolución musical. Con su guitarra mágica, el mexicano logró conquistar el mundo entero y convertirse en una de las leyendas vivientes del rock y la fusión latina. Sin embargo, a sus 77 años, sorprendió al público con una confesión inesperada: nombró a cinco personas a las que más odia, una revelación que desató un verdadero terremoto mediático.

Santana, quien siempre ha hablado de amor, energía cósmica y paz espiritual, dejó al descubierto un costado humano y vulnerable que pocos conocían. Y lo hizo con palabras duras, sin rodeos, asegurando que “ni la música ni el tiempo lograron borrar ciertas heridas”.


El momento de la confesión

La revelación ocurrió durante una charla íntima con periodistas en Las Vegas, donde el guitarrista ofrecía una residencia musical. En un tono sereno pero firme, Santana dijo:

“Siempre me preguntan por la gente que admiro, pero casi nunca por la gente que me lastimó. A mis 77 años, ya no quiero callar. Sí, hay cinco personas que marcaron mi vida de manera negativa. No les guardo rencor eterno, pero sí odio lo que me hicieron. Y nunca lo olvidaré.”


¿Quiénes son los odiados de Santana?

El músico no dio nombres completos, pero ofreció pistas que encendieron la curiosidad de todos:

Un productor musical de los 70, que lo habría estafado con regalías millonarias cuando recién comenzaba a triunfar.

Un colega guitarrista, con el que compartió escenario y que lo habría traicionado en un contrato internacional.

Un antiguo amigo de infancia, que lo criticó públicamente cuando Santana habló abiertamente de espiritualidad y energías cósmicas.

Un directivo de una disquera, que intentó frenar su carrera porque no creía que la música latina pudiera triunfar en el rock mundial.

Un familiar lejano, que lo habría usado por interés económico en los momentos más difíciles de su vida.


Palabras que estremecieron

Lo que más llamó la atención fue la crudeza con la que Santana habló de estas experiencias.

“No soy un santo. Soy un hombre con cicatrices. Esa gente me enseñó que la traición duele más que un mal solo de guitarra. Y aunque he dedicado mi vida a predicar paz y amor, también tengo derecho a decir a quiénes no perdono.”


Reacciones del público y colegas

Las declaraciones corrieron como pólvora en redes sociales. Muchos fans defendieron al guitarrista, asegurando que su honestidad lo hacía aún más humano. Otros criticaron el hecho de que hablara de odio en lugar de seguir con su mensaje de paz.

“Santana es humano. Si odia, es porque también sufrió. No lo juzgo.”

“Se contradice. Siempre habla de amor y ahora confiesa odio. No entiendo.”

Incluso algunos músicos colegas salieron a respaldarlo, diciendo que la industria musical en los 70 y 80 fue “una selva de depredadores” donde los abusos y las traiciones eran pan de cada día.


El contraste con su mensaje espiritual

Durante años, Santana se ha presentado como un hombre profundamente espiritual, seguidor de filosofías orientales y defensor de la energía universal del amor. Por eso, su confesión causó tanto impacto: parecía romper con todo lo que predicaba.

Ante las críticas, aclaró:

“El hecho de que hable de odio no significa que no crea en el amor. Significa que soy humano, que aprendí de las heridas. Mi música es amor, pero mi memoria también guarda dolor. Y está bien decirlo en voz alta.”


La lección de un ídolo

Lejos de caer en el escándalo vacío, sus palabras abrieron un debate más profundo: ¿es posible predicar amor sin reconocer el odio? ¿Se puede ser espiritual y a la vez admitir que uno no perdona ciertas traiciones?

Para muchos, la valentía de Santana radica justamente en reconocer ambas cosas. No como contradicción, sino como parte de la experiencia humana.


Conclusión

A sus 77 años, Carlos Santana sorprendió al mundo al confesar que aún odia a cinco personas que marcaron su vida con traiciones y heridas profundas. Su revelación no solo mostró un costado desconocido del legendario guitarrista, sino que también lo humanizó aún más ante sus seguidores.

Porque, al final, incluso los ídolos que hablan de paz y amor también tienen derecho a reconocer sus sombras. Y quizá esa mezcla de luz y oscuridad es lo que ha hecho que la guitarra de Santana suene tan única, tan real y tan eterna.