“Papá… mañana mamá se casa… ¿vas a venir a la boda?”
Aquellas palabras me hicieron despertar de golpe, todo mi cuerpo temblaba. Balbuceé, el corazón me latía con fuerza. No tuve tiempo de preguntar nada, pues al otro lado ya habían colgado. Desesperado, con la ropa aún desordenada, monté la moto y conduje toda la noche de regreso a mi pueblo.
A la mañana siguiente, apenas puse un pie en la entrada de la vieja casa, escuché tambores, música y risas festivas. En mi interior hervían mil preguntas: “¿De verdad ella se va a casar? ¿Cómo pudo ser tan rápido? ¿Qué será de mi hijo?”
Me abrí paso entre la multitud y entonces…
Me quedé helado en el sitio.
Ante mis ojos no estaba mi esposa vestida de novia junto a otro hombre, sino mi propio hijo, llevando de la mano a su madre hacia el escenario, y con voz entrecortada anunciaba frente a toda la familia:

– “Hoy no celebramos una boda, sino el día en que mi madre corta definitivamente con mi padre, y obtiene la libertad para rehacer su vida.”
La multitud estalló en aplausos, mientras mi rostro se quedaba sin una gota de sangre.
En el escenario, mi esposa lucía un vestido rojo brillante, con una sonrisa orgullosa en los labios. A su lado, mi hijo me miraba fijamente, y con un tono amargo dijo:
– “¿Eres tú, papá? ¿Todavía tienes cara para volver aquí? Durante diez años abandonaste a mamá y a mí para correr tras tu amante. ¿Hoy ves lo radiante que está? Sin ti… ella puede ser feliz, aún hay quien la ama de verdad.”
Todas las miradas se clavaron en mí. Unos señalaban, otros murmuraban. Yo solo quería hundirme en la tierra.
Y justo en ese momento, un hombre desconocido subió al escenario, entregó un gran ramo de flores a mi esposa y le tomó la mano con ternura. Mi hijo levantó la cabeza, y con voz firme declaró:
– “Desde hoy, este es el hombre que merece estar a su lado.”
Tropecé, casi caí. Sentí como si me hubieran abofeteado en la cara. Me fui tambaleando, con pasos pesados, mientras en mi mente resonaban las palabras de mi hijo:
– “¿Todavía tienes cara para volver aquí, papá?”
News
Ahora que tu esposo ha fallecido, ¡llora, haz tus maletas y no regreses nunca! » me lanzó mi nuera durante la cena. Mi hijo se limitó a sonreír y asentir. Me fui sin decir una palabra. Al día siguiente, fui al banco y
« Ahora que tu esposo ya no está, haz tu duelo, haz tus maletas y no regreses jamás », declaró…
“CÁLLATE, ANALFABETO” — Gritó LaS Profesora, A Hasta Que El Niño Judío Escribió En 7 Idiomas…
Cállate, analfabeto”, gritó la profesora Elena golpeando la mesa con la regla con tanta fuerza que el eco resonó por…
Ese hombre vendió su propia sangre para que yo pudiera estudiar. Hoy, que gano cien mil al mes, vino a pedirme dinero y no quise darle ni un centavo.
Aquel hombre vendió su propia sangre para que yo pudiera estudiar. Hoy, que gano cien mil al mes, vino a…
Durante 12 años, ella supo que su esposo le era infiel, pero nunca dijo una palabra. Cuidó de él, fue una esposa ejemplar hasta que, en su lecho de muerte, le susurró una frase que lo dejó helado y sin aliento: el verdadero castigo apenas comenzaba.
Durante doce años de matrimonio, Elena Ramírez guardó un secreto que nunca reveló a nadie. Para el mundo exterior, ella era la…
Los tres hijos se negaron a ayudar a su padre con una deuda enorme. Solo el más joven aceptó, y se lo llevó a vivir con él para cuidarlo. Exactamente un año después, una carta inesperada lo deja sin aliento…
Los tres hijos se negaron a ayudar a su padre con una deuda enorme. Solo el más joven aceptó, y…
«Quédate quieto, no digas nada, estás en peligro». La joven sin hogar jaló al magnate a un rincón y lo besó para salvarle la vida y el final…
«Quédate quieto. No digas nada. Estás en peligro». Las palabras cortaron la noche como un cuchillo. Ethan Cross, director ejecutivo…
End of content
No more pages to load






